Por lo general las muestras artísticas tienden a sobrevalorarse con el tiempo y más cuando han marcado una fuerte tendencia a lo largo de la historia. Si por un momento nos dedicamos a la ardua tarea de recopilar los objetos que han sido subastados, o de algún modo han recibido un valor simbólico. Encontraríamos obras como “el Desnudo, hojas verdes y busto” de pablo Picasso, que ha sido subastado por un valor astronómico. También, se encuentran cosas como el vestido que utilizó Marilyn Moroe en “El Comezón del último año” vendido por una suma que redondeaba los cuatro millones de dólares, y si nos enfocamos más hacia las tendencias materiales, atinaríamos objetos como las dos guitarra modelo Grestch autografiadas por Bono y The Edge vendidas el año pasado por una monto de 80.000 y 30.000 dólares cada una. Todo esto sin contar artículos como una guitarra utilizada por Elvis, Algún manuscrito de Jhonny Cash, Sam Cooke o Prince, unos anteojos de John Lennon e incluso una camiseta utilizada por Kurt Cobain. Hago referencia en este último después de que la inmobiliaria, Aberdeen Realty, confirmara el precio que tiene la casa donde creció el ex vocalista de Nirvana esta semana.


¿Estaría dispuesto a pagar 400.000 dólares por tener un pedacito de la historia del Grunge?